Punto a Punto|Un sentimiento llamado Ramón Martínez

Punto a Punto|Un sentimiento llamado Ramón Martínez

A menos de dos meses para llevarse a cabo las elecciones para escoger gobernadores, alcaldes, concejales y legisladores regionales a nivel nacional, en Sucre la candidatura a la gobernación de Ramón Martínez, en algo más de 20 días de haberse iniciado ha venido creciendo y recibiendo apoyos de  dirigentes regionales de peso, por citar a  dos de ellos,  tenemos a  Miguel Vásquez,  alcalde de Cariaco- Ribero, entre 1996 y 2000 y Ramiro Gómez, ex –alcalde  de Cumaná, municipio Sucre,  2000-2004.

En el poco tiempo que tiene la opción de Martínez, se ha venido consolidando, sobre todo a nivel de los sectores más populares, los cuales lo han recibido con cariño, muestras de respaldo y apoyo, pero sobre todo con sentimiento y nostalgia por un hombre, quien en sus cuatro periodos como gobernador de Sucre, supo sembrarse en el corazón del pueblo sucrense.

Sin ser militante ni partidaria de las organizaciones políticas que respaldaron y  respaldan a Ramón Martínez, ni antes ni ahora, siento un gran cariño, respeto y admiración, por este hombre a quien considero mi amigo, y a pesar de no haber trabajado directamente con él, incluso encontrándonos en bandos diferentes, siempre fue respetuoso conmigo, tanto personal como profesional, y me defendió hasta de los militantes de su partido, cuando ellos cuestionaron el trabajo que realizaba como corresponsal de un canal nacional de televisión,  en 1993, sin relación alguna, ni siquiera amistosa. Si soy sincera lo consideraba antipático, prepotente y hasta engreído o creído, como dicen aquí. Nada más alejado de la realidad, de cómo es Ramón Martínez.

Quizás Ramón Martínez, cometió errores durante sus periodos de gobierno, como muchos gobernantes, pero no se le puede negar que tuvo grandes aciertos en su gestión, los cuales no voy a enumerar en este artículo, eso se lo dejo a conciencia de cada quien, de quienes vivimos en Sucre y pudimos ser testigos de su obra de lo malo y lo bueno que hizo o dejo de hacer. Lo que si no se puede negar es que en cada rincón del estado el nombre de Ramón Martínez es una referencia, un ser humano con mucha carisma y arraigo, que se enfrena a una nueva batalla, una más de las que ha tenido que librar a lo largo de su vida, tanto en el plano personal, profesional y político; como lo es el camino, una vez más, hacia la gobernación de Sucre.

En política nada está escrito, es un dicho que se ajusta perfectamente a la situación actual, ya que nadie puede darse por ganador hasta que no se cuente el último voto. Aunque en los procesos electorales pasados ha quedado en entredicho este hecho, por la poca credibilidad de la autoridad electoral, a la cual se le ha acusado de parcializarse hacia el sector oficial.

En esta ocasión y ante la situación que vive el país, no solo por la pandemia y la crisis económica, sino también por la  problemática social que agobia  a los venezolanos, el proceso electoral se torna más  difícil y más aún cuando  el oficialismo  tiene mayores  posibilidades de alzarse con el triunfo en  casi, por no decir en  todas las gobernaciones y alcaldías, incluso las que no son afectas al gobierno, por la falta de cohesión  y  acuerdo  de la oposición.

En Sucre, la situación no es diferente, ya que la oposición no ha logrado ponerse de acuerdo y tener un solo candidato para la gobernación, que pudiera garantizar un triunfo a la alianza opositora y un revés al oficialismo. Esto podría lograrse si los abanderados con mayor posibilidad de triunfo de la oposición dejaran de lado sus ambiciones personales y colocaran primero las necesidades del pueblo. Es decir que Ramón Martínez y Robert Alcalá, se unieran en una sola candidatura por el bien de Sucre y del pueblo. Pero esa es una decisión que corresponde a ellos y a sus más allegados y espero que actúen con sensatez y cordura, porque es lo que está esperando la población.

Volviendo al tema Ramón Martínez, que es el motivo de este artículo, considero que en el poco tiempo que tiene en campaña ha logrado rescatar ese sentimiento que sembró durante el tiempo que estuvo al frente de la primera magistratura regional, incluso cuando rompió con el chavismo, a sabiendas que podía significar  perderlo todo.

Pero revisemos un poco la trayectoria de Ramón Martínez, quien nació en Carúpano, estado Sucre un 31 de agosto, es Médico internista. Profesor egresado de la Universidad Central de Venezuela. Adjunto a la Jefatura de Emergencia del Hospital Universitario “Antonio Patricio Alcalá”. Miembro de la Sociedad de Medicina Interna.  Asesor de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Fue electo diputado al Congreso de la Republica, en 1989. Fue Miembro de la Comisión de Contraloría y Salud de la Cámara de Diputados, durante 1990-1991.  Dejo su curul en el Congreso para postularse a la Gobernación del estado Sucre, resultando electo para el periodo 1992-1995 y reelecto para el periodo siguiente que concluyó en 1998. En ese mismo año se postuló al Congreso Nacional resultando electo Senador, cargo que ocupó hasta el 2000, ya que se presentó a las elecciones de 30 de julio de ese año junto con el MAS y el gubernamental Movimiento V República (MVR), entre otras organizaciones seguidoras del gobierno central de Hugo Chávez como el Partido Comunista de Venezuela, e incluso algunos opositores como La Causa Radical, obtiene, por tercera vez la gobernación del estado Sucre, con 131 mil 870 votos. En esa oportunidad, en un proceso denominado, relegitimación de los poderes.

En el 2002, Martínez fue uno de los disidentes chavistas del Movimiento Al Socialismo, y junto con Ismael García, Didalco Bolívar y Baudilio Reinoso, funda una nueva organización política, que en un comienzo denominaron MAS MAS, para finalmente adoptar el nombre de Por la Democracia Social (Podemos) que siguió apoyando al oficialismo.  En 2004, “El Guerrero”, como se le conoció, fue reelegido para la gobernación sucrense con 140 mil 407 votos, un 62,1% de los sufragios, su cuarto periodo, con el apoyo del MVR,  Podemos y los demás partidos chavistas.

 En 2007 tanto Martínez como parte del partido Podemos rompió con el presidente Hugo Chávez pasando a la oposición criticando el Proyecto de Reforma Constitucional, promovido por su gobierno, en el cual se contemplaría la reelección ilimitada del Presidente de la República, pero no de los gobernadores regionales, finalmente dicho plebiscito fue rechazado. En el año 2017 hizo oficial su candidatura a la Gobernación del estado Sucre por los Partidos MAS y Avanzada Progresista, perdiendo la gobernación en esa oportunidad. 

Luego de la derrota en 2017, comenzaron a surgir rumores y presuntas pruebas de delitos cometidos por el ex-gobernador sucrense, una relacionada con delitos de corrupción (desde diciembre de 2009), y la otra donde Martínez aparecía incurso en terrorismo, asociación para delinquir y tráfico de arma, según un expediente de septiembre de 2017.

Exiliado-Detenido-Liberado.

Durante varios años el ex-gobernador del estado Sucre, permaneció en el exilio, como consecuencia de los procesos que tenía abiertos, por presuntos delitos.  Pero decide regresar al país y el 10 de junio de 2021 fue detenido en la localidad de Ospino, estado Portuguesa, por funcionarios de la Guardia Nacional, acusado de haber cometido actos corrupción y terrorismo. Además, al momento de solicitarle un documento de identidad, mostró tres pasaportes venezolanos y uno expedido en Perú.

Según el reporte hecho por la Guardia Nacional, todos los documentos que mostró Martínez eran falsos. Además, al ser verificada su identidad se constató que existen dos solicitudes: una relacionada con delitos de corrupción y la otra en la cual aparece incurso en terrorismo, asociación para delinquir y tráfico de arma.  El ex mandatario regional fue entregado al Ministerio Público por los presuntos delitos de usurpación de identidad, forjamiento de documentos, uso de documentos públicos falsos, entre otros.

Luego de permanecer más de dos meses preso en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) de El Helicoide, en Caracas, Ramón Martínez, fue liberado el primero de septiembre de este año. Su excarcelación, se produjo el mismo día en que la organización política ASIS confirmó su inscripción como candidato a la gobernación de Sucre, opción que también es apoyada por el Movimiento Al Socialismo

Lo cierto es que el ex-gobernador a pesar de todo en contra, decidió aceptar el reto de participar en una contienda electoral, y como él mismo lo ha manifestado “por la calle del medio”, como uno de los abanderados de la oposición, ya que a la fecha no se ha logrado un consenso con Robert Alcalá, quien es el candidato de la Mesa de la Unidad Democrática.

Realmente no puedo decir que uno u otro candidato es el mejor para esa contienda, pero sí puedo compartir lo que he observado y es el sentimiento que muestran los habitantes de los sectores que visita Martínez, expresiones de solidaridad y apoyo, ya que ven en “El Guerrero”, la esperanza y posibilidad de un futuro mejor, o por lo menos  un cambio  que contribuya a darle un viraje a la situación que actualmente confrontan.

Tampoco podemos descartar que la opción de Alcalá no sea viable, pero eso no quiere decir que sea ganadora. Mi opinión, que creo la comparten muchos, es que la única posibilidad que la oposición obtenga el triunfo en esta contienda electoral, en la gobernación de Sucre, es que haya un solo candidato, porque de lo contrario, y a pesar de la difícil situación que vive la población en la entidad y en todo el país, el oficialismo volverá a teñir de rojo el mapa de Venezuela.

Lo que si no podemos ocultar es lo que representa en el pueblo sucrense la candidatura de Ramón Martínez, un hombre quien a pesar  de las adversidades, de la difícil situación que ha vivido en los últimos tiempos,  incluso a riesgo de su vida y tranquilidad, esté nuevamente en  Sucre luchando por alcanzar una victoria para ponerla al servicio de su pueblo, ese mismo pueblo  que ha abierto su corazón y sus brazos  para recibirlo con cariño, con emoción, pero sobre todo con mucha esperanza por tiempos mejores.

Las cartas están echadas. Hay que esperar que la sensatez prive antes que la conveniencia personal, y que se logre el consenso  en la oposición con un candidato que verdaderamente represente el sentimiento  de un pueblo. Utilizaré una frase que está muy trillada, pero que cabe perfectamente en este momento. “Amanecerá y Veremos”.

Por Perla Lara

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