Desde el Centro | Candidatos sin propuestas de desarrollo

Por tradición campaña electoral es sinónimo de ofertas, de propuestas sobre obras importantes para los estados, los pueblos, y oportunidad para exigir a los candidatos planes y proyectos concretos de desarrollo en función del ansiado progreso que permita empleo seguro y bien remunerado para la gente.
Hoy acudimos a un proceso electoral atípico y extraño por la evidente inexistencia o ausencia de ofertas de obras, planes, proyectos que puedan apalancar, en nuestro caso, el desarrollo armónico y sustentable del estado Sucre.
Pareciera que la maldición del Benemérito Gómez, por recibir un balazo en un glúteo durante la batalla de Carúpano, encontró eco en la revolución del socialismo del siglo XXI, puesto que fue el presidente Chávez quien con la Ley de Pesca decretó la muerte de nuestra principal actividad industrial. Aderezada está disposición con la paralización, desde el 2013, de la autopista Cumaná/Barcelona. Obra a la cual nunca más le inyectaron un céntimo a la hora de elaborar los presupuestos para Sucre.
¿Y qué hicieron por esto nuestros diputados, legisladores, y los gobernadores Acuña Cedeño, y Edwin Rojas?
Pero no fue sólo la borrada a la autopista. El mismo presidente Chávez al diseñar los «ejes de desarrollo»; sin reclamo ni protesto, dejó por fuera al estado Sucre. Sin contar con el engaño o estafa, transmitida en cadena nacional del famoso fogonazo, sin que en verdad se hubiera ejecutado perforación alguna. Pero al presidente Chávez se le era permitido todo. Y esa permisividad, lamentablemente, se le ha ido concediendo a toda la clase política.
Hoy los jefes políticos orientan la discusión sólo hacia la salida de los actuales gobernantes; mientras la sociedad civil pareciera epígono de uno u otro bando de los factores partidistas confrontados.
Atrás, en el recuerdo, quedaron las campañas electorales con ofertas de obras importantes para los pueblos. Y no es que no se necesiten. Sino que la clase política sólo está preocupada por mantener o agrandar sus parcelas electorales. No está mostrando interés, compromiso por las urgentes necesidades de la gente, de las comunidades.
Así los cumaneses hemos dejado en el olvido la autopista; vital vía expresa para acercarnos a Caracas y el centro industrial del país.
Abandonamos la exigencias por la construcción de la autopista, la rehabilitación de los colectores caídos, y el acueducto para Santa fe. Y lo más duro. Permitimos la ruina de nuestras zonas industriales.
En Carúpano han dejado de reclamar la solución al problema del suministro de agua para consumo humano. Ni siquiera les preocupa no estar en las denominadas «mesas de agua». Ni sé diga la culminación y puesta en servicio del relleno sanitario. Y la abandonada Güiria con la destrucción de su puerto pesquero internacional, el cual urge recuperar para los pescadores, y el desarrollo de Valdez.
No olvidemos la extinción de nuestra granjas avícolas; las cuales cubrían el 95% de la demanda de nuestro mercado. Ni que decir de la larga lucha por el puerto de aguas profundas, el cual luego de anunciarse su ubicación en la península de Araya fue borrado de las demandas de nuestros líderes políticos y sociedad civil.
De manera que hoy tristemente las luchas por la protección de nuestro medio ambiente, y las obras fundamentales para apalancar nuestro desarrollo económico, parecen no ser de importancia para la clase dirigente, y menos para los jefes políticos; hoy por hoy mas cerrados en sus organizaciones que abiertos a posibilidades de estructurar un gran e inteligente, y vigoroso frente que con dignidad y gallardía reclame para Sucre y su pueblo las obras necesarias para mejorar nuestras condiciones de vida.
Apartemos vanidades y sueños personales. Es momento para colocar a Sucre en el camino hacia un desarrollo económico sustentable.
Escrito por el periodista y profesor universitario Rafael Marín.