Cárceles venezolanas: paraíso e infierno para los criminales

Las cárceles venezolanas han experimentado cambios en los últimos meses producto de la puesta en marcha de la Operación “Gran Cacique Guaicaipuro”, que tiene como objetivo desarticular los grupos de delincuencia organizada que operan en los penales más grandes del país, en los cuales se han encontrado una variedad de recursos como armas, dinero, drogas y hasta instalaciones de recreo.
Las imágenes de estos procedimientos en los distintos penales, se volvieron virales a través de redes sociales, ya que mostraban una realidad totalmente ajena a la que se espera de un reclusorio. Sin embargo, existe otra cara de la moneda: la del hacinamiento y las malas condiciones de vida de los reclusos.
De acuerdo a un informe del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) publicado el 23 de marzo de 2023, las cárceles venezolanas presentaron un hacinamiento del 64%, lo que se traduce en una sobrepoblación de los recintos, los cuales, según el documento, no cuentan con las condiciones de seguridad y salubridad necesarias para un buen funcionamiento.
La OVP también señaló que, de los 52 centros penitenciarios existentes en Venezuela, solo 17 albergan una carcelaria acorde a sus capacidades, mientras que el resto sobrepasó sus límites, lo que representa un “riesgo crítico”.
Asimismo, la violencia, la falta de acceso a los servicios y la extorsión son otros de los problemas registrados en las cárceles. Así se refleja en un trabajo especial realizado por el Observatorio Venezolano de Prisiones sobre la cárcel de Vista Hermosa, en Ciudad Bolívar (intervenida recientemente por el gobierno nacional) en el que se reveló que los reclusos eran extorsionados por el pran que dominaba el lugar, que les cobraba un “impuesto” de 20 dólares, y quienes no pudiesen pagarlo eran castigados con encierros en cuartos aislados o quitándoles sus derechos a usar las instalaciones, viéndose forzados a extremos como comer de la basura.
Desde septiembre de este año, cuerpos de seguridad del país iniciaron la denominada Operación “Gran Cacique Guaicaipuro”, interviniendo la cárcel de Tocorón, en el estado Aragua, la cual se hallaba bajo control del Tren de Aragua.
A partir de ese momento, otros seis centros carcelarios fueron intervenidos. En el oriente estos operativos se llevaron a cabo en las cárceles de: Puente Ayala, en Barcelona, estado Anzoátegui; La Pica, en Maturín, Monagas, y Vista Hermosa, en el estado Bolívar.
Según el Almirante Remigio Ceballos, Ministro del Interior, Justicia y Paz, como arte de esta operación se acordó el traslado de numerosos presos serán a otras cárceles del país. Esto trajo como consecuencia que familiares de los reclusos denunciaran que no han recibido información del destino de sus allegados, temiendo que sean llevados a recintos ubicados en otros estados lejanos a donde se encontraban recluidos.